lunes, 20 de agosto de 2012

Quisiera tener 30

La vi quinchicientas veces. Siempre lloro. Cuando comen gomitas, cuando juegan carreras en los columpios, cuando ella le cuenta a sus amigas de 13. Pero sobre todo cuando ella vuelve a la casa de sus padres y se mete de nuevo en el placard y se va a la cama con su mamá porque hay truenos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario