"Me atacan erecciones terribles, no sólo del órgano genital. Todo el cuerpo, todo el ser, se me pone rígido y enhiesto. Mucho más que ese mástil tironeado por el velamen que pende de él, cargado con el furor del mar y de los vientos. Y todo el velamen no es más que un refajo, una falda, una pequeña braga con olor a mujer."
Augusto Roa Bastos. Vigilia del Almirante.
Excelente.
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