Platos sucios
Gabriela Luzzi
- Me levanto muy temprano para escribir.
Pero si acaso, se me ocurre pasar por la puerta de la cocina,
rumbo al escritorio
y veo
platos sucios
ya no puedo.
Tengo que lavarlos.
Los lavo en la oscuridad.
- A mí no me gusta leer.
Sólo leí dos libros
en la secundaria
El Quijote y El Túnel.
A la noche
lava mi marido
porque no le gusta cocinar.
- Yo, me despierto y comienzo a
pensar en historias.
Me levanto y veo los platos sucios.
Pienso en las mujeres que no pueden escribir historias sin lavar los platos primero.
Qué clase de femenina paranoia es esa?
Escribo.
Me pregunto qué haría si mi esposo se levanta y se pone a lavar los platos.
¿dejaría de escribir para ayudarlo?
Por suerte mi marido no se levanta aún.
He tomado recaudos.
Escribo.
Por la tarde lavo platos.
Pienso que es un buen momento
para hacer espuma
y pensar en historias.
- Nunca en la vida me acosté con los platos sin lavar.
Para año nuevo dejo la mesa puesta
pero los platos lavados.
- Lavaplatos! Oh si!
Adoro el ruidito que hace la vajilla
y como deja todo el abrillantador.
Me gusta cocinar y usar todos los utencillos que pueda!
Cocinar es un placer.
- En casa levanto a la tropa a las seis de la mañana.
Para dormir vamos a tener mucho tiempo.
Cada uno tiene su trabajo.
Macarena de 9 años es la encargada de lavar a la noche.
Estudian en la escuela.
- Cuando los dejé solos
la Jose le pasaba una servilleta de papel a todo
y casi no necesitaban ni lavar los platos.
- Los míos van creando defensas.
Si.
Pero de ves en cuando lavo algo.
Si.
Somos felices.
El corazón es grande.
Si los lavo ahora.
Más tarde los vuelvo a ensuciar.
Tomado de http://losescritosvuelan.blogspot.com
Gracias Paula por traer el poema para este lado! yo también te metí a vos dentro de mi post! Un beso enorme!
ResponderEliminarA vos
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