Recibí ayer uno de esos comentarios que te alegran el día durante varios días. Ella firma "anónimamente" y yo respeto su decisión. Cuando nos vemos cara a cara yo la llamo por el apellido, igual que a todos y todas las que tienen su lugar delante mío. Ambas sabemos que la comunicación real entre dos personas como nosotras supera cualquier barrera, incluso éstas.
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