martes, 2 de diciembre de 2025

Enero para Therese, enamorada como yo de Carol

 "Enero.

Aquel enero hubo de todo. Y hubo algo casi sólido, como una puerta. El frío

encerraba la ciudad en una cápsula gris. Enero era todos aquellos momentos, y

también era todo un año. Enero dejaba caer los momentos y los congelaba en su

memoria: la mujer que a la luz de una cerilla miraba ansiosamente los nombres

grabados en una puerta oscura, el hombre que garabateó un mensaje y se lo tendió a

su amigo antes de irse juntos por la acera, el hombre que corrió toda una manzana

para alcanzar por fin el autobús. Cualquier acto humano parecía desvelar algo

mágico. Enero era un mes de dos caras, campanilleando como los cascabeles de un

bufón, crujiendo como una capa de nieve, puro como los comienzos y sombrío como

un viejo, misteriosamente familiar y desconocido al mismo tiempo, como una palabra

que uno está a punto de definir, pero no puede.

Un joven llamado Red Malone y un carpintero calvo trabajaban con ella en el

decorado de Llovizna. El señor Donohue estaba muy contento de todo. Dijo que le

había pedido al señor Baltin que fuera a ver el trabajo de Therese. El señor Baltin era

un graduado de una academia rusa y había diseñado unos cuantos decorados para

teatro en Nueva York. Therese nunca había oído hablar de él. Intentó que el señor

Donohue le arreglase una cita con My ron Blanchard o Ivor Harkevy, pero el señor

Donohue no le prometió nada. Therese supuso que le era imposible."




Carol, Patricia Highmith

Una tarde apareció el señor Baltin. Era un hombre alto y encorvad

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