"Como a veces ocurre, en un momento dado el tiempo se detuvo y ese momento
duró más que cualquier otro. Y el sonido se detuvo, y el momento se detuvo durante
mucho tiempo, mucho más tiempo que un momento.
Luego, gradualmente, despertó otra vez el tiempo y prosiguió perezosamente su
marcha. Los caballos golpearon los cascos del otro lado de los pesebres e hicieron
sonar las cadenas de los ronzales. Fuera, las voces de los hombres se hicieron más
fuertes y más claras.
Llegó la voz de Candy desde el extremo del último pesebre.
—Lennie —llamó—. ¡Eh, Lennie! ¿Estás aquí? He estado haciendo más cuentas.
Te diré lo que podemos hacer, Lennie.
Apareció el viejo Candy al rodear el último pesebre."
De ratones y hombres. John Steinbeck
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