Siempre me da un poco de culpa y de autofrikismo el andar contándolo todo como si una necesitara siempre justificación, testigos, validación.
Ayer pasó algo con Magdalena que empezó como problema y me causó angustia y después fue gracioso y festejar. No se lo quiero contar a nadie. Es cuento de ella. Pero lo que quiero registrar es mi creciente, aunque apenas nacida hace un tiempo, capacidad de guardarme cosas para mí, mi alegría de achicar el nosotres a mis hijes y yo y no necesitar más cariño ni más mirada. Y que ese recorte, ese enconche sobre mí misma no sea un restar sino una fiesta. (Justo justo ahora me entra un mensaje de mijita con su único y elegido por mí en notificaciones ruidito a agua que cae).
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