Me aparecen ofertas de eventos, clases de flamenco, teatro, ferias, y me entra el pánico de salir de mi casa. Le echo la culpa a Rafael y los perros que no me dan garantías de cerramiento y cuidado. Me odio por ser tan soreta, por no reconocerles el acompañamiento a los cuatro, por pretender que se adapten a mis miedos que yo misma odio. Pienso que no puedo reducirme a vigilar que la puerta esté con llave y los perros adentro. ¿No sería muy ridícula? ¿Si soluciono esta wevada inventaré otra como excusa? ¿Estaré buscando seguridad, protección o límite para no avanzar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario