miércoles, 24 de enero de 2024

Las niñas más raras del mundo: las que leen mucho y a solas

 FERIA DEL LIBRO

Un día, un libro: 'La maestra y la Bestia', de Imma Monsó

Imma Monsó es un secreto catalán que no acaba de desvelarse para el resto de España. Este año ha publicado La maestra y la Bestia (Anagrama), en traducción propia desde su idioma materno

Foto: Unas personas echan un vistazo a los libros de una caseta. (EFE/Marta Pérez)
Unas personas echan un vistazo a los libros de una caseta. (EFE/Marta Pérez)

Seguimos esta serie de recomendaciones durante la Feria del Libro de Madrid con esta propuesta: La maestra y la Bestia, de Imma Monsó.

 

Imma Monsó es un secreto catalán que no acaba de desvelarse para el resto de España. Este año ha publicado La maestra y la Bestia (Anagrama), en traducción propia desde su idioma materno. La autora lleva años jugando con distintos géneros novelescos, desde que merodeara la ciencia ficción con su primer libro, Nunca se sabe (1996), con gran acierto debo decir.

placeholderPortada de 'La maestra y la Bestia', de Imma Monsó. (Anagrama)
Portada de 'La maestra y la Bestia', de Imma Monsó. (Anagrama)

La maestra y la Bestia es una novela entrañable. Trata sobre las niñas más raras del mundolas que leen mucho y a solas y un poco contra los demás. Imma Monsó nos dibuja la personalidad esquinada de una niña que acaba, ya adulta, como maestra en un pueblo perdido, enfrentada a las historias agrestes del campo, a hombres demasiado viriles y a la presión didáctica de la dictadura.

 

Estamos en los años 60 y hay algo más importante y ubicuo que Internet. Se llama: "Espíritu Nacional". La posguerra es interminable. Los posicionamientos, obligados. “… fue la primera consecuencia de la guerra (…): en un momento dado, todos empezaron a mirar a los demás como un producto de marca (de los nuestros, de los vuestros, de los suyos), y no había modo de escapar de aquel horror interpretativo y clasificador.”

 

Con ecos en el título de El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, la Bestia aquí es un señor llamado Simeón. Desde los nombres a los panfletos ministeriales, se surca en el libro la ranciedad de un tiempo apenas tecnológico y tremendamente agrisado.

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