martes, 22 de septiembre de 2020
Cumplido uno de mis peores temores: Tan grave no fue
Se me salió la rótula y el semieje de la rueda en plena calle. Y ni me di cuenta. Iba andando lo más pancha y sentí que algo se caía de golpe, se arrastraba una parte del auto por el piso. Me bajé y no vi nada. Me fui a lo de Sofi e Iván, mis sobris, que estaban a dos cuadras. De ahí llamé a la grúa y dos horas y media de espera. En medio vino Julián con Mile rumbo a asado en mi casa, se agachó debajo del auto y me dijo: "Se te salió la rueda, má, no ves que está salida?" Y no, yo no lo veía: estaba como vizca, el olor a goma quemada que yo había sentido era de rozar contra el guardabarro pero no fue la típica escena de la rueda que sale disparada hacia la zanja.
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