Estoy volviendo a leer la novelita de Carpentier. Tercera vez: cada una en etapas muy diferentes de mi vida y todas movilizantes, como bisagras. Ahora la leo y voy alimentando con ella mi propia novela: le copio frases, le hago alusiones, esta historia mía de la tía Inés que ha resultado tan voraz, al final.
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