viernes, 22 de mayo de 2020

Los 10 discos de Rita

Dice en feis Rita Gonzalez Hesaynes: Aunque nadie me invitó, yo también quería hacer lo de los 10 álbumes que fueron importantes para mí.
En cada disco, un textito a modo de recorrido.

Jagged Little Pill - Alanis Morissette


Tenía 12 o 13 años y era la primera vez que iba a una disquería a comprar algo con mi propio dinero. Había ahorrado algunas semanas, entré y lo pedí. En esa época ella era todo: una piba que no era una modelito haciendo canciones pop-rock pero muy viscerales. Este es un disco adolescente por excelencia, y más todavía, el primer disco que me llegaba sobre ser adolescente en los 90s en un cuerpo de mujer. Yo estaba empezando a enojarme con el mundo y sentía que ella cantaba el desprecio a la hipocresía de la familia, la religión, la gente en general. Cómo hacer semejante cosa sin raparte la cabeza, sin ser una punk, sino una pibita pelilarga con pinta de hippie? Después de ella vinieron mil copias, pero este disco lo empezó todo.


Ay ay ay - Los Piojos



Además de ser una nerd insufrible, también tuve mis grupos de amigxs, de salida, escabio, boliches de pueblo, pool y besos con gusto a birra caliente y cigarrillos negros. Los Redondos nos quedaban grandes. Demasiado sofisticados. Demasiado crípticos. Nuestra banda sonora fue este disco de tapa roja, una obra cumbre de lo que se llamó rock chabón, una argentinidad al palo y de olor a bolas que hoy está recontra envejecida, pero que dio sus joyitas, y esta es una.


Amnesiac - Radiohead


Esto era una banda de rock? Las jóvenes promesas de todas las revistas y canales de música iban sacando discos cada vez más revolucionarios, hasta que finalmente llegaron a la meseta, Amnesiac. Hecho de tracks que grabaron junto con los de Kid A, parece más un compilado de lados B que un disco en su propia ley, aunque Thom Yorke jure y perjure que no. Kid A todavía encierra cierto optimismo robot, irónico, posthumano y hasta casi bailable. La cara oscura, Amnesiac, es más desolada, más deconstruida entre loops, tracks hechos de otros tracks y pasajes de jazz. Como si un fantasma con el corazón roto se hubiera quedado atrapado en Kid A y, con esas herramientas, empezara a grabar su propio disco. Hay algo más crudo, más real, menos meramente conceptual acá que en Kid A. Pyramid Song es de una belleza inspiradísima.


Mezzanine - Massive Attack


Me acuerdo patente de la primera vez que escuché Angel y se me paran los pelitos del brazo. Esos bajos bien gordos, casi reventados. La suciedad de las guitarras. La oscuridad de la lírica. Y sin embargo, hay algo prístino ahí, algo espiritual. El efecto se acentúa en las canciones que canta Liz Fraser, con esas vocales de criatura mitológica. Black Milk. Group Four. Qué temazos. Si hay un Purgatorio, seguro se parece a esto. El pensamiento compulsivo, la paranoia, la calentura. Un viaje de ácido con ataques de pánico y delirios místicos. Y las dos respiraciones de Exchange. Disco de cabecera para coger. Esta fue mi droga de entrada al fenómeno del trip hop y sus parientes. Bien podría haber sido Dummy, el disco de Portishead. Pero el puesto le corresponde a este. Massive Attack es lejos una de mis bandas favoritas de siempre.


Fashion Nugget - CAKE


Llegué a este disco escuchando el cover de I will survive por la radio. Tenía 14. Me fascinaron las distorsiones lo-fi de las guitarras, la trompetita, la monotonía de la voz. Sonaba fresco. De nuevo a la disquería. Vine por el cover, me quedé por el resto de los temas, que me abrieron la puerta a otro tipo de música del que estaba acostumbrada. A qué sonaba esto? Qué género era? Country, rock alternativo, hip hop o qué? No me identificaba nada con estos tipos, tampoco eran jóvenes ni lindos ni cool (ni lo habían sido nunca), solamente me gustaba lo que tocaban. Empecé a prestarle oreja a todo lo que sonara diferente, más allá de los hits y de lo que estuviera de moda por MTV. Empecé a escuchar música.


Galore - The Cure


Menos glamoroso que poner un compilado! En el 2003, mi vida era lo menos, varada en Azul, trabajando para ahorrar e irme a estudiar, lejos de la mayoría de mis amigxs. Lo único que quería era estar en otra parte. Todos los días volvía a casa, ponía Galore y lloraba. Ponía Galore y escribía. Ponía Galore y me iba volviendo darki sin saberlo. Necesitaba algo que reflejara mi estado interno de vaivenes anímicos salvajes. The Cure era todo eso. Era un paisaje contrastante y misterioso. De la tentación atmosférica de Fascination Street y la añoranza obsesiva de Lovesong, al pastiche de The 13th y la histeria de Wrong Number. The Cure es una banda que nunca dejé de escuchar.


In the Court of the Crimson King - King Crimson


En el primer disco de la banda-proyecto obsesivo de Fripp, no estarán ni Levin ni Belew, pero la formación es igualmente brillante. El disco es un cuento, un viaje por un mundo de la imaginación. La fantasía medieval de un demente del futuro. O sea, todo lo que me gusta en la vida. Es un disco entre psicodélico y progresivo, ni en la versión de máximo conservatorio a lo ELP ni en esa alegría desmesurada de Yes que me empalaga al tercer tema. El primer tema es una salvajada con técnicas de free jazz, cambios de tiempo, improvisaciones, pero todo en clave rockera. Para la época debe haber sido un delirio. Y después vienen esos temas que realmente te sacan de este mundo. La verdadera nostalgia por un mundo que nunca existió. No tiene nada que ver con mi época ni mi generación. Pero tiene que ver conmigo.


The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars - David Bowie


Me encantaría decir que mi disco más importante de Bowie es Low, Earthling o Outside. Pero en esta soy básica. Me enganché con un trip glam sobre un alien andrógino y pansexual que viene a salvar a la Tierra mediante el rock, pero se pierde en la frivolidad de su propia fama. Y que a su vez es un compilado de canciones hermosas (Soul Love, Lady Stardust, Rock n' roll Suicide). Y que a su vez es el libreto de una serie de performances en vivo con un desfile de trajes cada uno más bizarro que el otro, y que casi termina con Bowie loco y encerrado para siempre en su personaje. Esa primera incursión real de Bowie en su teatro de máscaras y personajes me mostró que era posible salirse de unx mismx para hacer arte, que una obra descarnada no necesariamente es testimonial, cosas que ya venía pensando y que necesitaba escuchar de alguien más. Pero también, y esto es muy importante, me dio canciones para cantar a grito pelado en la ducha.


Funeral - Arcade Fire


Tuve la suerte de enganchar este disco ni bien salió. Era la época en que me bajaba cosas aleatorias y las escuchaba. Me lo grabé en MP3 y hasta le hice una tapa usando una foto que había sacado a través de mi ventana de un piso veintidós. Es un disco maravilloso de una banda que lo estaba dando absolutamente todo: una composición de la puta madre, vocales preciosas con esa ligera discordancia de Régine Chassagne y un dramatismo recontra honesto. Acá no hay fantasía, será teatral y exagerado pero me la creo entera. Podría haber sido de esos discos que se pierden en la exuberancia de la instrumentación (son como mil músicos), pero eligió mantenerse al nivel de la canción, de la historia, de la conexión humana.


Penando en el Trópico - Divina Encarnación


Como no toco nada, no sé mucho de música, pero este disco me ayudó a entender, porque estuve ahí, prestando atención durante gran parte de la planificación, los ensayos, la grabación, la mezcla, los videoclips, etc. Lo tenía a Gonza a mano, y saben cómo soy: opino, discuto, peleo, pregunto y escucho. Gracias a eso aprendo. El disco es una colección inclasificable y sudamericana de temas que oscilan entre el pop, el gótico, los musicales de Webber, y Mozart borracho y travestido transpirando en Réquiem. Acá están algunos de los temas que más me gustan de Gonzalo: Trampera, Amadeus y América, De mis venas surgen cables y un par más. Entre que este disco empezó y terminó, me quedó la sensación de haber aprendido un montón.


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