sábado, 30 de mayo de 2020

21 mil princesas

21000 princesas: la vida no es como un cuento de hadas

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Por Irma Gallo
El prólogo de Érase una vez 21000 princesas, libro de Ave Barrera y Lola Horner, cuenta la historia del rey Shariar, aquel que degollaba una esposa todas las noches porque no podía confiar en su fidelidad, hasta llegó Scherezada y encontró la manera de sobrevivir: narrarle un cuento cada noche, de manera que él se quedara “picado” y no la asesinara porque quería escuchar cómo continuaba la historia la noche siguiente.
Pero el Epílogo advierte:
“LAS COSAS NO HAN CAMBIADO MUCHO DESDE TIEMPOS DEL REY SHARIAR. ACTUALMENTE, Y SEGÚN DATOS OFICIALES, MÉXICO ES UNA DE LAS 25 NACIONES QUE CONCENTRAN MÁS DE LA MITAD DE TODOS LOS CRÍMENES COMETIDOS EN CONTRA DE MUJERES Y NIÑAS A ESCALA GLOBAL. ENTRE LOS AÑOS DE 2012 A 2013, 3 MIL MUJERES FALLECIERON EN EL PAÍS VÍCTIMAS DE FEMINICIDIO”.
Ave Barrera, escritora nacida en Guadalajara pero radicada en la Ciudad de México, cuenta cómo nació este proyecto, después de observar cómo la violencia de género ha aumentado  en México desde hace dos décadas:
“Lola (Horner) es experta en cuento de hadas, ella siempre me ha platicado mucho de su trabajo como académica en el análisis de la reescritura de los cuentos de hadas y se me ocurrió de pronto proponerle: ¿por qué no hacemos un libro de artista que retome los cuentos de hadas pero con la realidad que estamos viviendo en México?”.
“Empezamos con la escritura de los textos a manera de noticia, de nota roja. La escritura es de ambas”, añade Ave. “Yo trabajé en el diseño de las maquetas así como si fuera periódico de nota roja, lo convertimos en libro de artista entre las dos; imprimimos de manera artesanal todo el libro”.
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Portada de Érase una vez 21000 princesas

Por su parte, Lola Horner explica porqué decidieron usar los cuentos de hadas para narrar estas historias de violencia:
“Queríamos abordarlo de una forma que fuera distinta, que fuera novedosa, que fuera fresca, porque la verdad es que llega un momento en el que las cifras ya no te dicen nada. Entonces, el hecho de usar el cuento de hadas como vehículo, como una manera de metaforizar los feminicidios tenía que ver justamente con nuestro interés de hablar de un tema a través del arte”.
“Justamente, lo que queríamos era apostar al contraste: es decir, los cuentos de hadas es un género que tenemos asociado a la infancia, y cuando pensamos en cuento de hadas por lo general no pensamos en las versiones tradicionales, como sería Perrault o los Grimm, sino más bien en las versiones de Disney y posteriores, donde evidentemente se ha ejercido una censura sobre la situación de los personajes, sobre todo femeninos, para que se adecuen a un tipo de ideología que tiene que ver con la ideología femenina de la mujer de los años 50 en los Estados Unidos”.
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La nota roja en el libro Érase una vez 21000 princesas
“Muchas veces a las mujeres nos educan con un esquema”, continúa Horner, “es decir, ¿quién no ha querido ser princesa cuando es niña? Y luego nos damos cuenta de que la realidad y la violencia simbólica que se ejerce sobre el ser mujer es muy, muy fuerte”.
Al contraponer este discurso visual de las ilustraciones de libros de cuentos de hadas del siglo XIX con el de la nota roja, el resultado es impactante:
“Entonces, parte de interceptar los dos discursos, la nota roja con el cuento de hadas, tenía justo que ver con crear un contraste, un efecto quizá de horror, quizá de asombro, al menos, para que a partir de ahí pudiera haber una reflexión, comenta Lola Horner”.
Érase una vez 21000 princesas ganó el Premio Lía de Libro de Artista en 2015. Con el dinero obtenido, Lola y Ave decidieron imprimir folletos idénticos al original (aunque mucho más económicos) que ahora distribuyen gratuitamente en instituciones educativas y librerías, “porque creíamos que era algo que tenía que llegar a muchas más personas y no solamente quedarse en los tres ejemplares del libro de artista”, explica Ave Barrera.
El material está a disposición de las instituciones que lo soliciten. También tiene un performance que han presentado en diversas universidades y próximamente en la Feria del Libro de Xalapa.
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Otra imagen del libro
“Un poco de lo que tratamos también de hablar cuando presentamos el libro siempre es que la violencia hacia las mujeres no empieza con el feminicidio”, dice Lola. “El feminicidio es la consecuencia más grave de un clima de violencia generalizado que comienza desde el piropo, que comienza desde el acoso, que comienza desde el hecho de que cualquier persona se sienta con derecho a controlar cómo se viste la mujer, que yo no pueda salir de mi casa vestida como yo quiero porque es un riesgo para mí en cualquier nivel. Eso ya es violencia”.


Puedes leer el libro aquí:

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