De boludeces, eh. De que los perros salgan a la calle, de que a Rafa se le ocurra revolear palos o colgarse de los cables, de que me venga a decir no sé qué sobre no sé qué y me llene la cabeza, de que explote todo mientras dormimos, de que me muera sin haber terminado mi novela, viajado a España de nuevo, bailado tangos en Sevilla.
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