De repente tuve una revelación. Como todas las epifanías, resulta obvia una vez que una la ve. Aunque antes una estuviera ciega delante del muro enorme con letreros. Resulta que se me ocurrió que todo lo que estuve escribiendo en blogs y en feis y en papeles forma parte de la misma novela que digo que no puedo terminar. La de la tía Inés, ¿viste? La que pasa en Concordia y ya cambió otra vez de nombre. Que todas las "boludeces" que tengo escrititas por ahí se las puedo poner a cada personaje o al paisaje o a la casa o a lo que sea. Y te lleno las 500 páginas.
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