domingo, 2 de junio de 2019

Antroposofía repentina

El miércoles pasado había paro así que aproveché mi tarde libre para irme a lo de mijita a arregla mochila y pantalón con su máquina. Estábamos ahí mirando plantitas y cominedo ñoquis cuando Magda me dice que a las 5 la viene a buscar su suegro para ir a una charla en CABA. Cuando me cuenta de qué va, le rechazo la invitación: estoy mala, malhumorada y ni en pedo me voy a escuchar algo sobre "banca ética" y posthumanismo desde la antroposofía que guía la escuela donde ella trabaja y yo no entiendo una teta.
Pero durante la tarde mijita me fue carcomiendo el malhumor y despertando la curiosidad. Dale, que vamos en auto. Dale, así le charlás a Alvaro. Dale, así no más, no hace falta que te pongas ni corpiño ni zapatos, con el pelo fucsia ya levanta todo. Je.
Y fuimos. Y fue toda una sorpresa: la charla y mis reacciones. Me quedaron muchas cosas para investigar y un montón de orgullo y amor por mijita y sus elecciones de vida. Me emocionó lo que decía el tal Joan (ahora lo googleo) y cómo esta filosofía reúne la ciencia y la fe, se pone como objetivo central reparar la herida entre el plano material y el espiritual de la humanidad, y te cuenta todo como plan de dios y fuerzas malignas en pugna y caída y elevación. Algunas cosas medio fanatismo me joden, pero lo central me hizo sentir que está bueno estar completamente a contramano del mundo y decir que eso es lo que queremos y juntarnos para buscarlo. Magda se acordó de sus momentos místicos de la infancia y razonaba sobre defectos y virtudes del planteo teórico y de la puesta en acto en su escuela. Muy reconfortante también el punto de vista de mi consuegro y la alegría de Magda cuando salimos porque dice que dudaba entre si la íbamos a colgar de un pino o nos iba a encantar. Nos encantó.

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