martes, 30 de abril de 2019

Sabemos qué dice el viento, sabemos todos los mensajes del universo

La espiritualidad del agua en las comunidades indígenas de Oaxaca

Astrid Paola Chavelas

“Decid, pues, vuestros nombres, alabadnos a nosotros,
Vuestra madre, vuestro padre.
Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Caculhá, Raza-Caculhá,
el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador y
Formador,
Los progenitores; ¡hablad, invocadnos, adoradnos!
Les dijeron… en seguida desenvolvieron lo que habían traído
desde el Oriente
y que pensaban quemar, y entonces desataron los tres presentes
que pensaban ofrecer”
-Popol Wuj
Los pueblos y las comunidades originarias han construido todo un lenguaje poblado de significaciones entramadas con la relación con su entorno. Este lenguaje simbólico articula su ritualidad y su cosmogonía con su cotidianidad. La fiesta, como expresión de la identidad cultural también es un eje articulador del tequio, ya que las mayordomías dependen en gran medida de la cooperación de las personas para realizar las actividades, desde acompañar en la preparación de los alimentos, hasta el decorado de los altares y los espacios festivos. El territorio simboliza una aspiración constante dentro de los pueblos, aunque su conformación geográfica se ha visto reducida con las invasiones y conflictos con las comunidades colindantes, este también ha significado un punto de unión y fortaleza cuando ha sido amenazado por los proyectos trasnacionales.
Como parte de la lucha que los pueblos ribereños de la Costa de Oaxaca han emprendido desde hace más de diez años por la defensa del Río Verde, se realizaron acciones los días 14 y 15 de marzo de 2019, dentro de la conmemoración del Día Internacional contras las presas y en defensa del Río Verde, donde se llevaron a cabo actividades relacionadas con la espiritualidad de los pueblos y las comunidades originarias para celebrar a los ríos, agua y vida por medio de las ceremonias que realizan los pueblos y comunidades indígenas y campesinas en la cuenca del río Verde. Actividades impulsadas desde el Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER), Servicios para una Educación Alternativa A.C (EDUCA), la Comisión Diocesana en Solidaridad con el COPUDEVER y el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER).
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Dentro de las actividades culturales realizadas para festejar el día del Río Verde el intercambio de experiencias con el tema “espiritualidad y el agua”, fue el más significativo. En estas charlas, las compañeras Virginia y Kandida, compartieron parte de la cosmovisión de las culturas a las que pertenecen, así como otros rasgos culturales como el pueblo Maya. Las actividades se realizaron en Paso de la Reyna, Las Trojes y en la cabecera municipal de Santiago Ixtayutla, comunidades activas del COPUDEVER.
A la vera del río, el ritual se llevó a cabo el catorce de marzo, donde las y los compañeros compartimos la ceremonia de agradecimiento por todas las bondades que el río provee, departimos con el río, nos hicimos participe de la fiesta de sus aguas y compartimos el mezcal, el maíz, la fruta, pero sobre todo la esperanza puesta en las palabras que murmuramos al río y a todas las entidades sagradas, a través de rezos, cantos y plegarias mezcladas con el humo del copal y el sabor a tierra del mezcal, tornamos nuestros pasos hacia el interior, en comunión perfecta con el entorno. Las candelas iluminaron el camino que han de seguir nuestras invocaciones hasta el ombligo del universo, raíz que nos sujeta.
En Paso de la Reyna, la compañera Kandida compartió que: “conjuntado las experiencias que tengo de mi región, de mi cultura, el mixe bajo, donde hemos venido llevando una lucha muy difícil por la tierra, porque desde mi niñez me tocó la invasión y el despojo de tierra, por parte de los terratenientes para instalar los potreros, me tocó perder la milpa de mis papás, de mis abuelos, los cafetales, las parcelas, muchos cultivos, porque así lo decidieron algunas personas que provenían de Veracruz y que en esa época venían buscando tierras para enriquecerse más. En mi adolescencia continuo la invasión, buscando tierras y montañas, desde joven aprendí a participar en la comunidad, en la asamblea a dar mi opinión como mujer, animar a los hombres, a otras mujeres y a estar muy atenta a nuestros abuelos, principalmente al abuelo que todavía nos estaba compartiendo, enseñando el camino de la espiritualidad Mixe”
La compañera Kandida hizo énfasis en que es muy importante que los pueblos originarios fortalezcan su vida espiritual: “porque es un derecho, porque es algo de donde nosotros tomamos valor, seguridad, retomamos el ánimo, mantenemos firmes y vigentes nuestra cosmovisión, por eso es importante, y por eso hoy disfrutamos esta mañana la ceremonia que nos tocó compartir, con estas dieciséis culturas en Oaxaca. Los Mayas desde Mesoamérica practican esta cosmovisión. Nosotros los Mixes, los pueblos originarios reconocemos a los creadores, nosotros somos personas que invocamos, que damos las gracias, que pedimos, que entendemos el lenguaje de los animales, del cosmos, del universo, de cualquier comportamiento que nos rodea en nuestro entorno”.
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En Santiago Ixtayutla, comunidad Mixteca ubicada aproximadamente a dos horas de viaje desde Santiago Jamiltepec, donde es posible perder la mirada sobre el mar de montañas que rodea a la comunidad mixteca, la compañera compartió ante un auditorio de más de doscientas personas, que: “Los pueblos originarios necesitamos continuar con esta vivencia, con esta manera, porque necesitamos mantener nuestras prácticas comunitarias, nuestro sistema propio de los pueblos originarios, no podemos dejarlo porque de ahí nos desarrollamos, crecemos, nuestros hijos e hijas aprenden, se educan, también van a ofrendar, a hacer ceremonias, en este tiempo nosotras nosotros, los hombres y mujeres de los pueblos originarios, nos toca con dignidad, con amor, con respeto, dejar esta enseñanza, este tiempo en que nosotros ya no debemos de apenarnos, de avergonzarnos y sentirnos menos que los de otro color, que los agats, “los que llegaron, los de barba, la gente que no habla en idioma del lugar” no podemos sentirnos meno, ese tiempo ya pasó, hace más de quinientos años así sucedió, es muy lamentable, porque nos despojaron, porque nos quitaron esa sabiduría esas prácticas, pero demostramos que no fue suficiente y que nunca se acabará porque nosotros y nosotras tenemos la fortaleza, el conocimiento profundo que renovamos cuando hacemos la ceremonia, cuando hablamos con la madre tierra, cuando miramos al cielo, a los cuatro puntos, cuando escuchamos a los animales, a las montañas sabemos qué dice el viento, sabemos todos los mensajes del universo, por eso hasta este tiempo tan difícil y problemático, tan violento, existimos, hablamos nuestro idioma, hay personas que entiende estos lenguajes, aún podemos tener este canal, ese camino, esa enseñanza, ese renovar, ese acompañar nuestra lucha, por eso estamos hasta hoy, por eso este río Paso de la Reyna puede lograr tanto, porque llevan la vida, llevan viva esta práctica comunitaria”.
Resaltó que nuestros abuelos y abuelas no nos enseñaron la individualidad, ellos nos enseñaron que todo es comunidad, que lo vamos a lograr, lo vamos a enfrentar, nos vamos a defender unidos, y este es el momento de que el mundo sepa que nosotros sí estamos unidos y no solamente entre los seres humanos, entre las culturas, sino también con el universo, y ahí nadie puede vencernos, nadie nos puede derrotar, porque si estamos unidos, somos uno con la madre tierra, con el suelo, con el viento, con el fuego, con nuestros ancestros, las niñas y los niños, nunca estaremos solos, solas, tristes y enfermos, ya no podemos aceptar esta realidad, hay que cambiarla, por eso estemos donde estemos, las culturas debemos de unirnos.
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Agradeció a la organización EDUCA por la labor de acompañamiento de más de veinte años: “venimos compartiendo entre culturas, ellas, ellos nos convocan a compartir, con Guatemala también hace años que empezamos a ir, luego vienen para retroalimentarnos, comparten esta manera de ver la vida, con los Mayas, los Nahuas, ustedes, pensamos igual, nos relacionamos con respeto, armonía, ahora que vivo en Yucatán tengo la oportunidad de conocer a los mayas e igual tienen sus ceremonias la cosecha del maíz, para pedir la lluvia, para agradecer por el nacimiento del niño o la niña, como los mixes, a los primeros tres días de nacidos, el cuarto día se hace la ceremonia, la bienvenida se le da a ese nuevo ser que forma parte de la comunidad, empieza su vida espiritual, empieza su vida perteneciendo a esa cultura, a los veinte días nuevamente su ceremonia para que siga crecimiento fortalecido, y así muchas prácticas en común,
La compañera Kandida, perteneciente a la cultura Mixe compartió una de las tareas que realiza, que es compartir con los estudiantes en las universidades de los promotores indígenas de cómo amar su cultura, como no importa si tienen o no título universitario; “no te alejes de tu cultura, que no te separes, que ningún vínculo te diga que ya no hagas tu ceremonia, al contrario, debemos de continuar practicando firmes lo que vuestros abuelas y abuelos nos enseñaron ya no es tiempo de que lo dejemos, de que los jóvenes estén solos, eso es un error, una dejadez, hay que hacer esta conciencia comunitaria, como vamos a hacer para que los niñas y niños aprendan a hacer la ceremonia, el día de mañana que no estemos, porque vamos de paso, qué enseñanza vamos dejar, cual es nuestro compromiso, como papás, mamás, médicos, autoridades, sanadores, cualquier cargo, todos tenemos una responsabilidad para las nuevas generaciones, nos toca identificar en nuestros pueblos: qué ceremonias se practican para cada momento, cómo lo vamos a enseñar a la nueva generación, cómo lo vamos a practicar con gusto, sin pena, aunque las instituciones nos llamen como no nos gusta y no vean bien lo que hacemos y como lo hacemos, pero no nos debe de importar. Estamos aquí porque somos dignos hijos de nuestra madre tierra, y no estamos solos, vamos a procurar que se rescate nuestra ceremonia, con ese compromiso que ustedes renuevan cada año, es algo que nos trae un gozo en el corazón, vamos a regresar sanas y sanos porque ya tomamos a energía y renovamos el compromiso con nuestros creadores a través de la ceremonia”.
El intercambio de experiencias se dedicó a la espiritualidad y la defensa del territorio que son puntos de fortaleza y equilibrio de las comunidades originarias. Estas charlas tuvieron varios escenarios donde compartió con gente perteneciente a diversas culturas pertenecientes a los pueblos originarios del Estado de Oaxaca. En la comunidad de Las trojes, que se ubica aproximadamente a cuarenta minutos de San Lucas Atoyaquillo, y desde donde se observa gran parte de la zona montañosa de la Costa, la compañera Virginia, ataviada con su vestimenta tradicional poblada de colores que representan el lenguaje milenario de las mujeres que tejen entre hilos la historia de sus pueblos, expresó que Huehuetenango se llama “la tierra de los muros”, es un pueblo que mantiene la cosmovisión y que está rodeado por varias montañas. Parte de lo que compartió con las y los presentes se enfocó en la historia de su comunidad y la cosmovisión de los pueblos indígenas, y cómo éstos tienen su propia manera de ver, de entender, de expresarse del entorno natural, eso los lleva a encontrarse con sus raíces: “por una parte nos llaman los pueblos que resistieron, yo tengo idea de que son tres, el pueblo de Huehuetenango es uno y se les llamó los pueblos brujos, porque no entendían que era encender el fuego, comer alrededor del fuego sagrado, hacer la ceremonia del agua, del fuego, otro pueblecito se llama Samayac y otro pueblo se llama Cahabón, esto quiere decir que son pueblos que resistieron a la condena, a la invasión, entonces, qué es la cosmovisión, es nuestra forma de entender, nuestros padres y nuestras madres tenían un espacio como Paso de la Reyna, y ahí nos dieron, cómo vamos a vivir aquí, qué vamos a hacer con este paraíso que tenemos, no sé cuántos años pero todos estos pueblos, en México toda la parte de Yucatán, Honduras, el Salvador, Costa Rica, dentro de todo este territorio hay pueblos que resistieron más que otros, si vamos a Costa Rica los pueblos indígenas no se ven, no están visibilizados, pero si van a Guatemala estamos las veintidós áreas lingüísticas, el territorio es muy pequeño estamos vigilándonos unos de otros, eso ayudó bastante, sin embargo la invasión volvió, hay pueblos muy pequeños, al norte de Yucatán los pueblos quedaron muy reducidos, y así hay idiomas casi en desaparición, pero hay pueblos como los Quichés, como los Mames, somos pueblos de más de un millón de habitantes, con el sesenta por ciento de población indígenas. El quinto centenario ayuda a Guatemala a que nos visibilicemos, Guatemala sufrió una gran etapa de guerra, 36 años que nos llevaron a mucha muerte, murieron muchos Quichés, tenemos una historia muy triste de guerra, pero eso nos lleva al coraje de decir que hoy son los pueblos indígenas lo que tienen que dar la pauta a este país, y por eso es que hemos entrado a una etapa de rescatar, de promover nuestra cultura, vemos que en cada año hay muchos que escriben, que investigan y que promueven centros educativos creados por nosotros, hay niños estudiando la cultura, porque dijimos; si morimos los grandes la cultura va a quedar muy pobre, hay que sembrar la cultura en el corazón de los niños, hay formación de jóvenes y de mujeres, es muy fuerte el rescate de la cultura, y con esto nos damos cuenta que la cultura maya es una cultura muy bien organizada, hay un saludo a la salida del sol que significa ciencia, conocimiento, bienestar y vida, pero también hay un saludo muy importante a la puesta del sol, filosóficamente entendemos que la vida tiene sus propias contradicciones y que esa vida, cada generación la tiene que nutrir, que hacer florecer, yo podría decir que logramos resistir a la invasión, podríamos decir, hemos tenido en Guatemala tres tiempo de holocausto, en que se mató a la gente a diestra y siniestra, en la vida colonial, donde no está registrado cuanta muerte hubo pero si hay escritores que dicen que éramos veinte mil, yo les podría decir que en el año sesenta, ya solo contamos cinco mil, entonces cuanta gente murió, esa es la pregunta. Luego la otra etapa, el segundo holocausto, el mestizaje había logrado supuesto en la vida social, a los que nos llamamos ladinos, lograron el estado y fundaron las fincas, los indígenas les robaron sus tierras comunitarias, cada pueblo tenía su tierra comunitaria que servía para los que iban a gobernar, para que tuvieran su tiempo para sembrar su milpa, su frijol para alimentar a su familia. Nos quitaron el poder, nos quitaron la tierra y nos redujeron a familias. El sentido de la vida del comunutarismo alrededor de la tierra era la fuerza mayor de las comunidades, entonces las comunidades empiezan su lucha, aquí, no sabemos cuánta gente fue muerta.
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El tercer holocausto ya es el tiempo más reciente, yo de 22 años tenía otro grado de conciencia, tuvimos 36 años de guerra, no recuerdo exactamente cuánta muerte hubo pero sí fue una gran cantidad, estos tres años de holocausto es lo que nos hace reaccionar, decir y responder quiénes somos nosotros, entramos fuertemente al rescate de la cultura, como les decía hacer rato, exactamente, yo diría que los Mayas sí nos dejaron un legado profundo, un mundo bien organizado, como este saludo a las cuatro direcciones es organización, es filosofía, es reconocimiento de la totalidad del universo, también es el reconocimiento de la riqueza que hay en cada comunidad, cada comunidad es según la tierra donde está, pero hay ejes centrales, como los nahuales que los invasores les llamaban los dioses, porque ante cada nahual, cada guía nos hincamos, por ejemplo el día de hoy es día de la tierra y el territorio, es un día importante, es reconocer toda la producción que nos da la tierra, nos da fruta, verdura, nos da para vestirnos, para alimentarnos y de esto sabemos que habían grandes mercados y que nuestro abuelos intercambiaban, por ejemplo la papa, es de los Quechuas de Bolivia, y si vamos a Bolivia hay una variedad de papa que no tenemos aquí, entonces sí creemos que nuestros abuelos viajaron meses para traer los productos que les gustaba más, pero había algo importante que los mayores decían, es bien que los comerciantes viajen pero que no caigan en el egoísmo, entonces todo comerciante que llegaba tenía que dar a conocer a la población de donde había traído cada producto y se hacía una convivencia, y todavía hoy es así, cuando los Momostecos vendieron muy bien, se reúne la familia y se celebra, porque traen nuevas producciones, por eso es que en nuestras visitas nos llevamos algo de cada comunidad, porque son señales de que conocimos otro lugar, y uno los coloca en su casa como prendas para decir donde viajó uno en su vida, y así tenemos veinte nahuales y alrededor de esos veinte nahuales caminamos, respetamos, convivimos, reconocemos que todo el pensamiento, el conocimiento y la ciencia vienen de la naturaleza, por eso nosotros nos llamaos cosmocéntricos, que perfectamente quiere decir que los Mayas, los Mixes, los Zapotecas conocieron el vínculo de la naturaleza, sabían perfectamente la vida del agua, del aire, de los animales, que hay pájaros que anuncian la lluvia, la muerte, entonces dijeron, si los animales cumplen su misión porque nosotros no vamos a cumplir la nuestra, a eso se le llama cosmocéntrico porque aprendimos a respetar, a hablar, a ser sabios y sabias en la vida, y anteriormente los pueblos tenían mucha observación, disfrutaban de mucha intuición y percepción. Eso quiere decir que los Mayas, los Zapotecas, los Chatinos, los Mixes sabían qué iba a pasar de aquí a veinte años o que iba a pasar mañana porque educaron su energía para saber, ellos se dijeron si no hacemos como los animales nos van a sorprender y nos vamos a morir, entonces se aprendió del coyote, que anuncia la guerra, el tecolote anuncia la muerte, los azacuanes anuncian la lluvia, las ardillas anuncian la sabiduría, el conejo anuncia la abundancia, todos los animales tienen una visión. Pero un día los animales dijeron: no nos tratan bien, los coyotes dijeron: ustedes nos tiran la comida y eso no nos gusta, si la piedra se rompe es un peligro porque la piedra te está anunciando que hay una situación que no se está superando, por eso es que en la cosmovisión maya no hay objetos, todos somos sujetos, cada quien expresa el bienestar y cada quien expresa el malestar, por eso hay que cuidar, por eso hay que cuidar. Por ejemplo el agua, si tu vecino no tiene agua, compártela. En un pueblo que se llama San Luis, hacen peregrinación, el agua les queda como a dos horas en autobús, pero ese día no viajan en autobús sino a pie, y llegan al cerro sagrado para recoger del nacimiento, cada quien lleva su cántaro y eso lo ponen en el altar, para que todo el año tengan lluvia, tengan agua y lo necesario. Cuando ellos lo recogen de la montaña, lo van presentando en cada cerro sagrado, recorren como diez pueblos y en los diez pueblos van compartiendo con la gente un vaso de agua y una planta que guarda mucho el agua, y le dicen a la gente, siémbrala y no dejes que esta planta se seque, esta planta tiene que reverdecer, porque así reverdece toda la siembra. Tenemos muchos secretos, como ustedes tienen muchos secretos para mantener la vida y la existencia de los pueblos. El agua en Guatemala, es terrible que los ricos cortan muchos árboles y han quedado lugares muy pobres en donde ya no cae la lluvia, y estamos vendo que si queremos agua hay que sembrar árboles diversos, que aquí haya alguien que nos diga cuál es la riqueza de cada árbol para que nuestro bosque sea rico y alimento para la tierra. Somos una cultura que tenemos mucha conexión con la naturaleza, que tenemos mucho cuidado con la naturaleza, y que a eso le llamamos sagrado. La vida preciosa amada del firmamento. Nuestros abuelos sabían que si matamos la naturaleza, nos matamos nosotros mismos, si nos quedamos sin agua, nos morimos. Hay que hacer una diferencia del capitalismo, que nos dice: consuma y cállate, eso hay que sacarlo de nuestro corazón. Cuántas tiendas hay en Latinoamérica que venden productos procesados, contaminamos el aire, contaminamos la tierra, y no nos está alimentando, pero si comemos un banano, comemos una naranja, algo tenemos para nuestro pelo, para nuestro cuerpo. Yo cerraría diciendo que los pueblos indígenas volvamos a entendernos con el espacio que nos rodea, debemos de tener conductas para buscar la vida, nadie lo puede quitar si nosotros no tenemos la voluntad y la convicción de cambiar nuestros alimentos. Yo diría en este día que el calendario maya marca el día de la tierra y el territorio, ojalá nos unamos para a vida, para la existencia de nuestros pueblos, no consumir lo que no es alimento. Cerrando la reflexión de este día, pediría a las familias que volvamos a hablar de la cultura, los mayas de Guatemala también ya nos lo quitaron, el atardecer, mientras esperamos la cena, los papás empiezan a hablar del día, nos empiezan a formar, pero hoy ya es muy difícil, para descansar lo primero que hacemos es prender la televisión. Yo diría, tenemos que unirnos, reconstruir nuestros conocimientos ancestrales. Sin educación la vida se deteriora. Cada pueblo tiene su propia expresión de decirle a la vida, a la naturaleza, al firmamento, a nuestros abuelos, que aquí estamos y que seguimos sus pasos. Las prácticas ceremoniales de las culturas y pueblos originarios tienen raíces milenarias y es la manera en la que expresan su espiritualidad, y los conecta con los elementos naturales que les rodean. Son una práctica esencial para mantener y sustentar su cosmovisión comunitaria y su relación de respeto y equilibrio con la naturaleza y los animales”.
Después de compartir con los habitantes de estas dos comunidades pertenecientes al COPUDEVER, las compañeras recibieron palabras de parte de las mujeres y de los hombres que, en su lengua materna expresaron gratitud y compartieron con los presentes su sentir respecto a los conflictos externos que les afectan no sólo en su territorio, sino en su cotidianidad. Después del agradecimiento que se tradujo en totopos de maíz para las invitadas, nos congregamos en la cocina comunitaria de la comunidad que nos brindó café para calentarnos del frío que ya empezaba a correr, y platos de delicioso arroz con frijoles para tomar fuerzas para el camino de regreso. Así, de noche y con las luces de las montañas como intermitentes luciérnagas iluminando nuestro camino, nos despedimos de los pueblos de la Costa que, gustosos, nos convidaron estos días de fiesta.
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Es desde el lenguaje desde donde las comunidades llevan a cabo sus prácticas de vida, es la palabra, desde la fuerza de la comunidad, la que articula sus espacios internos con sus espacios sagrados. Desde esta relación se entiende que la riqueza cultural radica precisamente en la diversidad del conocimiento ancestral, en la variedad de tradiciones, usos, costumbres, lenguas, de todos los elementos que componen su cultura. Esta relación se articula desde el diálogo que las comunidades establecen con su entorno, con los tiempos de la naturaleza, con la diversidad de su conocimiento ancestral, la variedad de tradiciones, usos, costumbres, lengua, de todos los elementos que componen su cultura. Aun cuando sus dinámicas cotidianas y sus prácticas comunitarias se han visto trastocadas, su palabra, voz milenaria, engendra la historia que las reconstruye. Desde lo literal y desde la metáfora, las constantes afrentas que han sufrido en su territorio, han provocado la respuesta de rechazo de las comunidades hacia el capital y sus múltiples aspectos.
En consecuencia, pueblos originarios y organizaciones de la urbe articulan sus resistencias y retoman formas de movilización y de participación comunitaria de las luchas ancestrales de los pueblos indígenas y campesinos por la tierra y el territorio ancestral y simbólico. Detrás de la perseverancia de estas luchas están las expresiones de vida, la capacidad de existencia comunitaria se rige por cosmovisiones colectivas que implican vivir bajo parámetros diversos. A veces, la ocupación milenaria de un territorio solo puede ser medida por la presencia de sus mayores, memoria de la cual se alimenta la ritualidad y la cosmovisión de los pueblos.
Astrid Paola Chavelas
Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca
Último día del mes de marzo
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