jueves, 21 de marzo de 2019

A ver si todes nos avivamos y dejamos de echarle la culpa a las locas femininjas

Guía para el uso de un lenguaje no sexista e igualitario

(descargar en portada)
Guía para un uso no sexistaHCDNLa construcción de la igualdad es tarea constante de un pueblo y sobre todo de sus representantes. Frente a este gran desafío cotidiano, en lo atinente al derecho a la igualdad, el derecho a la identidad de género y fundamentalmente a la garantía del derecho de las mujeres, esta Honorable
Cámara de Diputados de la Nación, a través de su Secretaria Parlamentaria, ha desarrollado un instrumento que nos permitirá adecuar y encarnar diariamente y en las diversas acciones de nuestra tarea parlamentaria los derechos humanos conquistados. Derechos que contribuimos a ampliar y a concretar a partir de las leyes sancionadas por este mismo cuerpo.
Creemos fervientemente en la necesidad de desarrollar iniciativas que instalen la oportunidad para mirar y promover transformaciones de nuestra propia práctica legislativa hacia una plena construcción de igualdad y justicia. Ya no solo desde la producción legislativa sino también pudiendo garantizar un ámbito que incorpore la mirada de género y derecho en su hacer.
es por esto que, en el marco del Programa de Modernización implementado desde el año 2012, hemos decidido contar con herramientas concretas que nos insten a reflexionar acerca de la capacidad inclusiva del lenguaje utilizado y replicado en nuestra cámara. esta tarea nos presenta un desafío y una responsabilidad compartida por los trabajadores y las trabajadoras que aquí habitamos; y que hemos decidido encarar.
Presentación
La guía para el uso del lenguaje igualitario se enmarca en el entramado de estrategias y acciones previstas por el Programa de Modernización Parlamentaria 2012-2015 impulsado por el presidente de la HCDN, Dr. Julián Andrés Domínguez, con acuerdo de todos los bloques políticos que integran el cuerpo legislativo.
Con esa visión, desde la Secretaría Parlamentaria, encausamos iniciativas de modernización en todas las áreas de servicio y de apoyo a la tarea legislativa, referenciando algunos hitos: la conformación de una estructura organizacional adecuada para desarrollar el Digesto Jurídico
Argentino; la creación de la Dirección de Servicios Digitales Parlamentarios; la creación y puesta en marcha de la Diplomatura en Gestión Legislativa; la articulación con otros espacios legislativos; y la apertura y vinculación de la HCDN con la comunidad y la ciudadanía en general a través de diferentes actividades e iniciativas.
Esta guía constituye una propuesta didáctica para promover una comunicación más democrática y adecuada a las reformas legislativas propiciadas en los últimos años en materia de igualdad de género.
El lenguaje en sí mismo no es masculino ni femenino. El lenguaje, a priori, no es sexista ni excluyente, pero sí el uso que hacemos las personas del mismo. En él se proyectan estereotipos aprendidos que responden a la construcción de modelos culturales androcéntricos que sitúan
la mirada masculina como universal y generalizable a toda la humanidad.
El tipo de lenguaje que usamos no es inocente. Si usamos un lenguaje que toma como norma y medida de la humanidad solo a una parte de ella (lo masculino), ayudamos a que persista en el imaginario colectivo la percepción de que las mujeres son subsidiarias, secundarias y prescindibles. A ese uso llamamos uso sexista del lenguaje. Se entiende por lenguaje inclusivo entonces, o por lenguaje no sexista, aquel que ni oculte, ni subordine, ni excluya a ninguno de los géneros y sea responsable al considerar, respetar y hacer visible a todas las personas, reconociendo la diversidad sexual y de género. Cambiar el uso del lenguaje implica también un cambio cultural, y nos convoca a construir otro sistema de valores, otra forma de entender, de pensar y de representar al mundo.
La propuesta de utilizar un lenguaje no sexista o lenguaje igualitario en cuanto al género se orienta a evitar opciones léxicas que en este ámbito puedan interpretarse como sesgadas, discriminatorias o excluyentes. Principalmente en la producción legislativa y la redacción de aquellas normas que regirán para el conjunto de la ciudadanía.

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