miércoles, 21 de noviembre de 2018

Odio a les docentes

Lo estoy diciendo hace rato y casi todos los días. Cada vez con menos culpa y más énfasis. No es que odie la profesión en sí ni la tarea sino que odio el perfil y las mañas que nos modelan en la Argentina. La institución escolar es una caca represiva, oscurantista, retrógrada e inútil, funcional al hecho político de querer tener a las personas en formación pseudo-ocupadas y mintiéndoles con que "es por su bien" durante 13 años de su vida. Y les que trabajamos dentro de las escuelas somos funcionales a esa caca, aunque digamos que resistimos en las grietas y que cerramos la puerta y hacemos la diferencia, la mierda se nos pega, nos limita, nos hace hosques y mediocres. En el mejor de los casos, nos hace justificarnos todo el tiempo y tratar de esconder lo mejor de nosotres no sea cosa de que alguien se sienta aludide.

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