domingo, 28 de octubre de 2018

Dígame escritora de narrativa

Estoy estrenando monitor de escritorio con Pc del año del ñaupa porque me resisto a las net o las not y la tablet que van de acá para allá y me sigue gustando sentarme en mi escritorio y decir "Estoy escribiendo".

Durante toda mi vida he sentido los tironeos de la necesidad de escribir, de crear ficciones, personajes, escenarios, versos, imágenes y he luchado contra la falta de tiempo, de concentración o de focalización. Mi fobia, últimamente, ha sido el único impedimento para no terminar cuentos y novelas (sí, mucho plural) que llevo craneando hace siglos y no me decido o no le pongo lo que hace falta porque la facultad, porque las ponencias, porque leer antes de escribir, porque cualquier verdura.

Pero creo que ya no me aguanto más. Creo que este verano va a ser para mi narrativa lo que el verano 2009-2010 para mi poesía: aquellos meses en que decidí publicar y de todos los "papelitos" sueltos de poemas que tenía por todo lados salieron dos libros completos que luego fueron "Mi tren monoplaza" y varias cosas más hasta "El cajón de las manzanas podridas".

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