lunes, 16 de julio de 2018

Quebrarse una pata desencadena reflexiones existenciales

Mijito el Rafa cayó con el hermano un sábado diciendo que se había torcido el tobillo. Estuvo una semanacon que no era nada y que ya se le iba a pasar. Hasta que mamita se brotó y, viendo la pata hinchada y violeta, agarró el teléfono, lo llamó al pelotudo mayor y lo mandó al médico "a ver si las pelotas se te caen menos si te lleva papito que mamita".
La cosa es que tiene fracturado el peroné en la base del tobillo y corrido de lugar así que hay que operar para acomodar. Lo dijo mi traumatólogo de confianza y amor. Nos atendió el martes siguiente al sábado en que un pelotudo más otro pelotudo lograron ir a al guardia y volver con medio yeso.
Le dieron fecha en quirófano para el viernes pasado pero se la postergaron el jueves a la noche. Hasta que reprogramen y nos llamen.
Así que aca´estamos: saltando en un pie y reflexionando sobre cosas tan dispares como el modo de pisar un tomate para hacer puré para la pizza, la medida de las cucharitas de azúcar que le pongo a su capuchino, los motivos por los cuales tuve tres hijos con su papá y si este sufre de verdad o ama vivir como vive, la conveniencia de operar o dejar que se cure solo, la posibilidad de que el hueso ya se haya soldado en quince días. Menos mal que no le duele y molesta porque yo me dejo, que sino...

No hay comentarios:

Publicar un comentario