martes, 8 de mayo de 2018

Qué poca fe

Yo no sé por qué no creo en dios. De desagradecida no más. Porque debería encomendarme a todes les santes y ángeles guardianes del universo. Porque, como decía mi viejo, tengo más culo que cabeza. Porque cuando estoy al borde del colapso viene la epifanía. Porque me cago en las patas y el universo me deja patalear un rato (24 horas ponele) y luego me tira la mejor caña (pescada yo).

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