Seguimos aunque ya los personajes son caricaturas del rico y del pobre, del policía y el detective, del amigo y la traidora, de la vieja de mierda y la suegra del orto. Las escenas y los conflictos también se fueron al chancho y son lo más previsible que hay entre habitaciones, secretas, fotos que develan identidades y besos con el camarero con llevada en brazos hacia la cama incluidos. No sé por qué te sigo, será que tengo alma de bolero.
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