domingo, 22 de abril de 2018

Vis a vis

Tan genial como La casa de papel y con Nairobi.


Primera temporada: Capítulos enormes de hora veinte, personajes enormes, construidos con detalles geniales que te hacen quererlos como personas completas, nada de clichés, nada de estereotipos ni imágenes planas.



No suelen gustarme las de cárceles, como no suelen gustarme las policiales ni las de atracos ni las de drogadictos (lo mismo dije de La casa de papel), pero una buena historia, con personajes tan vivos y casos tan bien tratados en sus esquemas clásicos pero construidos en detalles magníficos, historias de vida originales y poderosas, te conquista desde el inicio y te sostiene capítulo a capítulo hasta las 5.45 am del domingo. Me encantan la gitana (Nairobi) como torta mala y la negra como torta buena, la prota "mosquita muerta" y su abortar o no abortar, el padre, la madre y el hermano desde afuera y sus propios conflictos, el expolicía y su esposa ciega, el médico que ofrece cojín para no rasparse las rodillas cuando se la chupás en la guardia, el guardia gordito y simpático, el macguiver pichilita, la presa que espera un transplante de corazón, la que se mete todo, la mala árabe y su novio el egipcio, la HDY que cayó por tráfico de blancas y sigue haciéndolo adentro, la que le dicen Casper y se esclaviza con todas, la directora y sus modos de ejercer la autoridad delante de tanto machirulo armado y tanta conchuda desquiciada.


Me encanta el dialecto español: "Hago lo que me salga del coño", "Tú estás encoñada con la Rizos", "Ve que te den por culo", "Maja tú que te pelas una tetica y me los distraes", "Mujé, que si así tienes el entrecejo cómo tendrás el conejo".

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