Terminé las tres temporadas de El ministerio del tiempo: No es genial ni sorpresivamente deslumbrante pero me encantó: Muy queribles sus personajes ejes y muy buenas cada historia en que este ministerio tenía que ir al pasado para mantener la historia tal y como es. Gracioso el juego entre burocracia y respeto por el pasado. Quiero otra temporada para saber qué es de la vida de Alonso, machote del siglo XVI que se adapta al XXI con pelo largo y bigototes. Me encanta el dialecto español de España y sus juegos de palabras entre tiempos y región.
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