domingo, 26 de noviembre de 2017

Contra la vanidad, la alcahuetería, el arribismo, la devolución de favores


Carlos Pereiro
11 horas
 Ambos fueron generosos conmigo, recomendándome imprentas, presentándome autores, haciéndome sentir uno de ellos. Había, también, solo dos librerías que aceptaban libros de poesía, Hernández y Norte. Casi no se presentaban los libros y no existían los ciclos de lectura. Todo era pequeño y frágil. Y de a poco, no sé cómo, la cosa se empezó a mover —alguien tal vez escribirá algún día como se produjo esa explosión— y empezaron las presentaciones, las lecturas, y eso hizo que algunas librerías comenzaran a aceptar los libros. Aparecieron nuevos sellos, la mayoría buenos, infinidad de poetas con algo para decir. Pasamos, en pocos años, de la poesía como un secreto, a tres o cuatro eventos por día. Celebro todo lo que me tocó vivir en esos años y celebro todavía estar acá.
Empecé a escribir esto porque quería poner el acento en cómo facebook ha exacerbado en estos años la vanidad, la alcahuetería, el arribismo, la devolución de favores. Pero me equivocaba, porque hay más de lo otro, de los que hacen lo suyo bien y en silencio.
Disculpen las molestias.

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