Ayer viernes tenía que ir al acto público a las 9 de la mañana y en vez de eso me estuve revolcando entre sueños y vagancia hasta la una del mediodía. Me despertaba y me volvía a dormir y volvía a soñar. Anoté sólo dos: el del marido pelirrojo y travesti y ahora te cuento el otro. Ambos muy de manual para psicoanalista principiante.
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