domingo, 9 de julio de 2017

Sabe el pueblo que viene la camanchaca buscando a alguien y habrá velorio

Rimsky cita a Santa Cruz

Formas borrachas

 SUBRAYADOS 
"Guadalupe Santa Cruz, murió el año 2015, murió joven, escribiendo. Cuando llegó a mis manos Quebrada no pude dejar de admirarlo", dice la autora de libros como Poste restante, recién editado aquí por Entropía, y Ramal.
Ph María Aramburú
Ph María Aramburú
Por Cynthia Rimsky.
Guadalupe Santa Cruz, murió el año 2015, murió joven, escribiendo. Cuando llegó a mis manos Quebrada (Francisco Zegers Editor, 2006) no pude dejar de admirarlo. Santa Cruz recorre las quebradas del norte de Chile, por minúsculas que sean, recoge la palabra de sus habitantes, toma apuntes como pasajera y traza bocetos que luego convierte en grabados (matrices) que están en el libro. Los invito a internarse por los fragmentos de esta Quebrada. 

PASAJERA III
A veces estos paisajes de debajo los párpados se alfilerean sobre un emplazamiento, como molde de papel de costura sobre una tela estampada. Me sobrecoge la forma de un cuadrilátero arrombado, de un círculo incierto. El modo preciso, aunque indescriptible, del declive de un terreno (…) Las formas son borrachas y los pueblos parecen tan nítidos, pero son desconocidos.

LA MATRIZ
Vivo en la tinta que me produce lo vivido, lugares, luz echada sobre la plancha que fija un detalle y vuelve a prender aquella otra estancia. Con el bruñidor, remarco. Con la punta seca. Despejo una esquina insistiendo con viruta fina y papel de lija, deseo ver la palabra del mapa que me permite sentirla.

QUEBRADA DE LOS CHOROS
Dicen que antes el mar traía choros inmensos. Que bajo las arenas se encuentran conchales de estos choros gigantes. Luego el mar dejó de arrojarlos. Por años se perdieron y de la noche a la mañana volvieron a aparecer. Dicen que las arenas de la playa son blancas debido a esas conchas trituradas por el tiempo.
Las aguas del río ahora inexistente también se mueven. En otros tiempos se hacían tan abundantes que los habitantes de San José de Los Choros Bajos se mudaban de vivienda, ocupaban una ribera en invierno y otra en verano.

LOS NOMBRES
En San José de Los Choros Bajos hay gentes, cuerpos cargados de tal manera que, aunque no porten bulto alguno van ellos mismos formando el camino de tierra que recorren. Fue así con la joven que emergió de un sendero nocturno desde los huertos de olivos, iba maquillada y vestida de fiesta, pedía fuego para un único cigarro que encendió camino al local de la plaza de donde brotaba música electrónica. Llevaba el sendero de tierra en la espalda, como estela. Fue así con un hombre grueso que venía por otro sendero, a plena luz del día. El compás de su paso iba abriendo camino con el trazado que dejaba atrás.
Sin embargo, los senderos están allí. No pienso que hayan sido consignados en el plano de San José de Los Choros Bajos, pero están marcados en el suelo y son de uso común.

El camino del Inca
“De la Finca hacia el Norte, a pie, usted no tiene una parte recta. A un kilómetro, más o menos un kilómetro y medio, de ahí sale directo, al costado de un cerro, más o menos como ése pero más piedrudo, donde hay una quebrada que entra para arriba. De ahí se descuelga a otra quebrada y cruza una huella que está para la Polola, después cruza la mina la Abundancia, más o menos a unos cuatrocientos metros para abajo y se tira derechito al portezuelo de Topón Azul y de ahí se descuelga a Potrerillos, cruza, baja a la quebrada, que es una quebrada áspera, y cruza por el río Sal al poniente y al cerro de Salvador hacia el naciente. De ahí no conozco más”. 

Domingo Pérez Zepeda
QUEBRADA DEL LOA
Dos niños de Chiu-Chiu introducen sus coladores en las aguas musgosas del Loa en búsqueda de pumpuyos, dicen que es carnada para la pesca de truchas un poco más abajo, en el Salado. Uno de los coladores ha sido confeccionado con una malla amarilla para cebollas y limones. Dicen que pumpuyo se escribe con y. 

LOS NOMBRES
En Lasana la comida que se ha servido al finado queda ahí por varios días, los invitados tienen que comérsela tal cual, mientras en Toconce, dice Irene, a diario se prepara la comida favorita del difunto. En los dos pueblos se queman al final los restos de la comida. Algunos ven en el humo quiénes van a morir después. Hay veces que no se ve nada, dice Francisco Pérez.

LA MATRIZ
No doy con el Loa, un río misterioso, aunque su misterio sea sencillo, es pequeño y se camufla entre la chilca y las algas, la espuma que produce el agua al contornearlas lo disimulan verde entre los verdes de las vegas. No doy con el Loa, cuesta diferenciar en la plancha de aluminio el blanco del agua del blanco más blanco de la espuma y resaltar su suave curso entre las hierbas.

LAS RUINAS
Las ruinas rara vez son cerradas, tienen huecos que se ama recorrer. Por eso las ruinas, no por otra cosa.

LAS SOMBRAS
Al subir la niebla hasta Andacollo y traspasar la Cruz Verde en los cerros, sabe el pueblo que viene la camanchaca buscando a alguien y habrá velorio.

LAS QUEBRADAS
¿Qué significa emigrar?
Solo dos escolares de los pueblos del interior del Elqui
supieron darle sentido a esta palabra. 
Es cuando mi padre estuvo cesante, dijo el niño.
Es cuando cae la quebrada, dijo la niña.


Todas las citas fueron tomadas de Quebrada, de Guadalupe Santa Cruz. Francisco Zegers Editor, 2006, Santiago de Chile



Tomado de https://eternacadencia.com.ar/blog/contenidos-originales/subrayados/item/subrayados-cynthia-r.html

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