domingo, 23 de julio de 2017
Porro con desconocidos
Y bueno, qué querés: El pibe ofreció durante todo el cumple de la Sil, le había traído de regalo unas flores a ella, a ella que jamás se fumó un porro ni piensa fumárselo. Con la prima de San Luis (recién conocida también), la Miriam, queríamos convencerla pero no hubo caso, ni siquiera me creía que ella nunca, me hizo preguntárselo, para confirmar, a la otra amiga música jipi y al novio. Yo tenía razón. Terminamos en la divina y desaprovechada terraza de Haedo, la prima, el macanudazo y yo aprovechando el regalito. Lástima que me olvidé que me pega triste y más si estoy con gente que no puedo abrazar y si estuve toda la noche tomando vino, peor. En el remís de vuelta (que no conocía el camino, que me decía que era la primera noche que trabajaba, que se le paraba el auto de merda en cada semáforo) casi me despedí de mis grandes amores pero sabía que, mientras lograra recordar cómo llegar hasta mi cama, todo iba a estar super bien.
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