Después de discutir un rato al sol, mientras él pinta postigones y yo tejo a dos agujas, sobre a qué llamo yo "típico macho alfa" y a qué llama él "generalmente la mujer", me voy a la cocina y preparo ñoquis con salteado de verduras. Cuando llamo a la mesa con el grito tradicional: "A comer", le agrego un "lávensé las manos antes" y le pongo escarbadientes al lado del plato. Digo ¿Habrá notado la ironía?
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