Protagonizada y dirigida por Rafael Spregelburg, dramaturgo que he leído boquiabierta por sus experimentos incomprensibles y deslumbrantes, me pareció que esta peli juega muy bien con los lugares comunes de la intelectualidad porteña y sus derivas periodísticas y académicas. Muy gracioso el trabajo con los clichés del cine romántico y los clichés de los clichés sobre este tipo de cine y los que los críticos progres se sienten obligados a decir sobre él. Muy bueno el final metadiscursivo y la cortina final musical: "Corazón valiente" de Gilda en francés y lento: irreconocible pero muy bien traducido.
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