jueves, 2 de febrero de 2017

Hay piedad en el tiempo

se lo robé a Alejandro Mendez Casariego
.
La rendición de Sor Juana
.
Tenga, tal vez, algún instante
en que estas cosas retrocedan
o haya, por lo menos, un lugar
donde no importe tanto.
Después de dias, meses, años
de carga excesiva
entramos en la bruma Divina
que todo lo confunde.
Es delicado decir
que no sabemos donde estamos
que nuestra lucidez deriva del instinto
que nos mantiene en marcha.
Después, cierta pobre inconciencia
nos hace pasar por este tunel
como Amadís o Lot,
sin mirar atrás
entre seres extraños
no tanto por la fe en lo que espera
al final del camino
si no por el bienestar cansado
de no saber. Hay piedad en el tiempo
que nos ciega al abuso de la vida:
va llegando de a poco
se acomoda en los rincones
en los lugares habituales, nos merodea
se nos va asimilando, hasta que finalmente
es parte de nosotros y de alguna manera
nos hace creer que estamos preparados.

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