Le voy a decir al pelotudo camuflado de mi vecino que no me avisó que hoy iba a romper la medianera y me hace la venia en vez de decirme buen día: ¡Ah, no! Le enchufé un discursito sobre qué es la educación y su obligación de no disponer de mi casa a su antojo. Y me estoy aguantando las ganas de andar en pelotas todo el día en mi jardín como hago siempre o invitar a mi amiga a hacer ostentación de alegría delante de esos ojos mediocres y armados de maza y motosierra.
Mi vecino destroza el fresno y su enamorada (del muro pero más del fresno) y el frespón nos perdona a todos cubriéndonos de sus florcitas fucsia.
La gente fea es la que vive feo y tiene casa fea llena de cemento y escombro y vacía de vida verde.
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