De repente estar sola, hasta "ser" sola, me parece una monstruosidad intolerable, un dolor que no podré sobrellevar. Al rato, como si se moviera la tecla de un velador, tengo la sensación de que estar sola, hasta "ser" sola, es lo queme da alas y me llena de aire y me hace vivir más intensamente. Como ahora que me voy al teatro, sola, a ver la versión de Ferdidurke que hace una compañera de facu con tres minas más en el Tadrón Teatro.
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