miércoles, 12 de octubre de 2016

Cantamos en la escuela

Diversidad escolar: "Por una cabeza", "Balada para un loco" y "Luna cautiva" al hilo: martes por la mañana, miércoles mañana y tarde.



No sé si canté bien o mal o maso, pero las caras de mis alupnes, de la gente de Apad, de los abuelos y a abuelas del hogar, madres, padres, tías que nos visitaron y ninies que aún no me conocían en acción son impagables. Mi leyenda me precede je.


El primer día que llevé "Por una cabeza" a mi taller de canto pensé que no iba a poder, que no era para mí, que demasiado machista y llorón y depre. Y me fui enamorando: hoy lo canté y lo volví a cantar y era todo todo yo.



Cuando el profe de música me escuchó cantar por primera vez "Por una cabeza" me dijo que le gustaba y lo ensayamos y listo. Pero al rato me dice por mensajito si no me animo a hacer otro tango. "Balada para un loco sería mi sueño", me dice. Le digo que sí. Una semana viendo videos y practicando sola. Recién ayer lo hicimos juntos: dos pasadas de ensayo y tres funciones: éxito total de público y alta emoción para mí que ya voy a adoptar el melón en la cabeza como emblema.



En la segunda función de mi "Balada para un loco" les dije a mis alunes presentes: "Me aparezco yo: mezcla rara de penúltimo linyera, profesora de lengua y polizón en el viaje a Venus."


En la tercera función de mi "Balada para un loco" se me borroneaban los renglones del cuaderno que miraba de reojo y me olvidé la letra muy metalinguísitcamente remada: "Ya sé que estoy pientao, piantao, piantao, y además de estar piantao me olvidé la letra...yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión" y así la seguimos.

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