lunes, 19 de septiembre de 2016

Domingo de regreso

Ya estoy en casa, feliz de haber estado aquí. Paciencia que voy a ir contando todo todo todo de a poquito.
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¿Una se acostumbra alguna vez a los despegues y aterrizajes del avión y a los cuartos de baño sin bidet?



Perdón Salta la linda pero ayer eras Salta la fea, la mugrienta, la ruidosa, la evangelista, la colonizadora. Lo único más lindo: nuestro amigo Augusto Gonzalez Molina que nos hizo un tour magnífico, nos llevó a comer la mejor pizza lejos del kilombo y nos mostró Balderrama a orillitas del canal.



Perdón por las comparaciones odiosas pero San Salvador de Jjuy, como ciudad, es mucho más bella que Salta, sobre todo porque respira paz a pesar de su tráfico de bondis y esquinas demasiado redondas. Por ahí agarré a la pobre Saltita en un mal día...



Amo volver enjujeñada. La salteñidad me pegó mal.



Nunca voy a poder ser una buena jipi: extraño mucho mi cama, mi baño, mi acondicionador de pelo, mi perro a los pies, mi lavarropas.



Abro mi valija que se fue livianita y vuelve que revienta y me siento Mary Poppins.



Tengo tantas cositas anotadas en la libretita hermosa que me dieron las gentes de las Jornadas jujeñas que me va a llevar días ordenarlas y contárselas. Bueno, a Silvana Albertina Oyarzabal ya le taladré la cabeza dos horas por teléfono. Mirá si estaré giratoria que ella, que tiene casi las mismas mañas, reclamó "algo" de orden en mi narración.



A ver quién, por acá, se anima a pasarme la receta (para que se la pase a Sil o a Magda), de tres maravillas que comí en Jujuy: milanesas de quesillo, chutney de manzana, durazno y cebollas, ambrosía modelo María Eduarda Mirande.



Bueno, y ahora, con permiso de todes ustedes me voy olímpicamente a dormir a mi cama que me estuvo necesitando mucho estas cinco noches la pobrecita.



¿Cómo se llama eso que te da cuando te bajás de los aviones y se te cambió la hora por los meridianos del globo terráqueo? Bueno, tengo eso pero sin cambio de hora ni cruzar meridianos.



Me enamoré en Jujuy: no les puedo contar de quién porque algún día tendré que dar un final con él y es poco ético andar haciendo declaraciones de amor así a boca de jarro.



Como siempre que voy a lugares y estoy con personas que me emocionan mucho, siento que la vida es genial y que tengo mucho para hacer: cosas como leerme de nuevo todos los sonetos de Shakespeare y el nuevo libro de Ernesto Aguirre, La bragueta del almirante.



Le emboqué al gusto, a los colores y hasta a los tamaños de las tres prendas que le traje a mijito. Increíble. Enjujeñada me pongo hasta más piola y todo.



A mijita le traje un saquito y unas medias tan tan lindas que me dijo que le dieron ganas que vuelva el invierno.



En el aeropuerto había corbatas de aguayo para mijito el tordo. Pero no me animé. Mañana les muestro las fotos.



De las 4 cazuelitas que me compré en la feria de Salta, una se me rompió en la valija. No sé si echarle la culpa al equipaje del aeropuerto o fui yo a los culazos por cerrar el cierre imposible. Igual la pienso pegar con la gotita.


"Para enamorarse bien hay quirse pa Jujuy" (Cantar con voz y ritmo de Rafaela Carrá) (Quien no sepa de qué hablo me lo googlea y no jode eh)



Cantar "Balderrama", "Juan poquito", "Zamba para olvidar" y no sé cual otra más con mis amigues salto-jujeños es digno de escenificación, mitificación y, sobre todo, repetición. He dicho.

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