domingo, 12 de junio de 2016

Él está

A veces creo que no lo necesito, que ni es verdad que lo quiero, que me harta con sus boludeces, que de nuevo me cagó. Y no. Y me alegra mucho equivocarme. A veces.
Por ahí dejo de decir que es mi ancla y empiezo a darle entidad de respaldo, de almohadón al menos.

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