Siglos pidiéndole a la vida que el papafritas se acordara de mi cumple, me llamara de madrugada, soplara la vela conmigo, disfrutara de nuestros hijos e hija, festejara nuestros años cumplidos, me hiciera un regalo, me cogiera con alegría (bueno, eso no es especial de cumple). Y todo en un día. Hasta me dijo: "Sentate ahí" y "ahí" era su rodilla.
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