Fui a mi primer mesa de exámenes después de millones de años luz de licencia. Qué graciosas las ridiculeces que hace la gente ahí.
Salí a las 12 hacia la escuela con una pera en la mano. Al bajar del bondi y para tomar impulso y cruzar el puente y las dos cuadras hasta mi destino institucional, me compré en el kiosco un agua, un jorgito de chocolate y 3 pesos de caramelos. ¿Qué mimporta todo?!!!!!!
A las 3 ya estoy de vuelta en casa. Me hago unos fideítos pegoteados con manteca y queso fresco. Que me convenza montoto de abandonar mis caóticos momentos alimenticios.
Voy a la escuela como voy a canto o a la casa de Silvana. Que me hagan sufrir los kilombos escolares si los dejo.
Juego a la extraterrestre: Un libro de actas, una birome azul y no roja, un comunicado por mail que hay que firmar en secretaría, un alupno que está en 4to aunque estuvo en 4to en 2014: elementos incomprensibles de la vida escolar.
Un pibe me preguntó por un tal Aquiles y me confesó que no conocía a Sigfrido. Otro le contaba a mi compañera las cegueras y descubrimientos de alguien llamado Edipo con muchos problemitas psicoanalíticos. Qué gente rara.
Planeta escolar: Muchos nativos se me acercaron al grito de "olaprof". Sonreían, sonreí,menos mal que eso lo recuerdo.
Algunos nativos, sentados en las mismas sillas que yo, modificaban sus rostros con indignación ante los vocablos "reunión" y los indicios temporales "sábado" y "nueve de la mañana". No entendí. Deberé investigar cómo fracciona este planeta el discurrir de los momentos en que me la rasco a cuatro manos.
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