La hija de Pepe, el verdulero, se fue una semanita a no sé dónde. ¿Dónde puede quedar su perrita para que no ande en la calle ni jodiendo en el local? En la casa de Rafita, occccvio. La trajeron esta mañana. Le abrí yo. Ya duerme debajo de mi silla y me respira caliente en los pies. Ay, no sé por qué me quieren tanto los animales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario