domingo, 25 de octubre de 2015

Hablale al mecánico

Qué gracioso, qué gracioso. Cómo me gusta hacerle a mi ex esas pequeñas maldades que solamente él y yo registramos. Ayer sábado, después de su jornada nocturna de trabajo, se vino a mi casa con su amigo mecánico para arreglar el auto de Julián que estaba en mi entrada y el mío que estaba en la suya (qué intercambio de ruedas más promiscuo). Estaba en galán el bolú. Pero distante, ojo: le contó al pobre amigo no sé qué sobre una foto suya en feis, el episodio en el que la poli casi le saca el auto, su necesidad de comer y de dormir, su parecer sobre lo sucio que estaba el piso. Genial. Yo escuché casi todo. Le alcancé un balde, un trapo y unos diarios... por si los necesitaba.

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