Qué actriz genial, qué cuerpo en el cabaret y en la camilla del loquero tratando de sacar a la luz sus tres personalidades contradictorias, enemigas adentro de una. Impresionante el momento en que, corporalmente, solamente el psicólogo varón tardó tanto en darse cuenta qué era lo que venía, digo, el momento en que ella representa el momento máximo de su trauma. Buena historia y buena resolución. Conclusión: paciencia, aceptación, perdón.
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