martes, 8 de septiembre de 2015
No voy en avión, voy en tren y en bondi
Complicado el viaje de hoy: Tren San Martín hasta las tetas desde Chacarita. Voy a bajar, mejor dicho, a dejarque me baje mucha gente que bajaba en la misma que yo. Mi pulserita de tenedor (¿vieron la que era de mi mamá, tenedor de alpaca con incrustación de piedra?) se engancha enlapretina del pantalón del señor de adelante. Juro que yo no fui. Bajamos unidos por la pulsera, eltipo nosabía qué pasaba, yo tratando de que no me tire con el envión y mi pata chueca y sin querer renunciar a mi pulsera. Al final, la solté tras varios minutos de lucha interminable y dije gracias en vez de perdón. Él dijo de nada.
Complicado el viaje de hoy II: Un hombre con muletas y una pierna menos me cagó a pedos porque le dije que no podía bajar del bondi lleno para dejarlo bajar a él, Le pedí que me dejara entrar, que yo estaba operada de la pierna y no me animaba a retroceder hacia los escalones que había trepado con el bondi en movimiento ya. "Dejeme bajar, señora, ¿para qué está ahí boludeando?" Yo no más estaba hablando con otra vieja y abrazando la vieja máquina de monedas, ¿eso es boludear?
En el tren, parada, tratando de pensar en cualquier cosa menos en mi pata que me duele y en la otra que, yo no sé si por solidaridad o exceso de esfuerzo, también me duele, escucho a un tipo de alrededor de 30 años, grandote, colorado, que le dicea otro en el asiento de al lado: "Dameló, dameló". Resulta que el otro era el padre, dormido bajo un chambergo gris y que, malhumorado sacó de una bolsa unos auriculares y ... y ... atenti... un... ¿cómo se llamaban? ... los que pasaban casettes... Sí, y el casette y todo, y se lo puso a escuchar. Traté de imaginar qué escucharía: ¿La gallina turuleca o el primer disco de Pito Faez? Nop, era una orquesta de tango que no llegué a leer. Cuando ya se iban a bajar, el hijo le vuelve a grita al padre: "¿Me tomo un pancho en la vía?" Y el padre que no con la cabeza. Y el hijo más enojado: "¡Dale, pá, sos malo, ¿me tomo un pancho en la vía?" Má, sí, tomateló, dijo el viejo de la bolsa.
En una esquina: el chico malabarista cambió las pelotas y los pinos por cuchillas. (Yo iba en el bondi no más)
Primero pensé en comprarme dos chocolates por 10 pe. Después tres fibrones indelebles. No, mejor dos paquetes de caramelos de menta y/o mentol. O darle al hombre que tiene sida y tres hijos sin infectar. O al que vendía siempre en el tren mantecol pero ahora tuvo alseimer y no puede vender más. O a los nenes con las estampitas. O a la señora que vende medias. O al que canta chacarera mezclada con Luis Fonzi. Má, mejor me bajo en ésta.
Llego a mi casa con dos cd: Mijita me dice ¿Para qué compraste esta porquería? Es que el que vendía era un alupno mío y quería comprarle algo. ¿Y no tenía nada pasable?, dice ella. Al final no estaban tan mal las 122 rancheras y los 156 reguetones románticos.
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