Te veo pasar por la calle, todavía en el auto ajeno rojo que manejás sin decidirte a trabajar con el tuyo o los tuyos o algo con las tres cachilas que decís que tenés pero no andan o no tienen los papeles o no sé qué carajo. Te veo sonreir como un idiota y prefiero pensar que no me viste porque no logro convencerme de que no te vi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario