Tengo uno de esos picos de emoción, de creatividad, de planes e ideas geniales cumplidos y en camino, que me cago tanto en las patas, que me parece que me sacan la alfombra de debajo de los pies, que manoteo en el aire para agarrarme de algo, que el pelotudo es mi única ancla conocida y garantía de no ir hacia ningún lado. Tranquilos mis protectores lunares, no hago nada que me lo acerque.
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