miércoles, 19 de agosto de 2015

Cicatrices

Me entusiasmé cuando reconocí en la tele la escena de Saer: el marido con la escopeta y los patos cazados en la mano que entra con la esposa peleando al bar. Pero se ve que no tengo suerte, o demasiadas expectativas, con mi amor a Saer y sus novelas y las adaptaciones. Muy aburrida, muy fragmentaria sin lograr el efecto de la novela, muy repetir fragmentos textuales sin fuerza actoral, muy de madera el que hacía de Tomatis. Y toda la poderosa prosa quedó no sé dónde.

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