Pienso: ¿Cómo se me ocurrió ir a buscar justo a Gustavo para conseguir alegría? Justo a él que es lo bajón. La alegría está en mi cuerpo, no en el suyo, que, seguro, usé de excusa. ¿Cómo se me ocurrió ir a buscar a Gustavo para disfrutar de nuestra familia? Justo a él que toda la vida huyó de eso, que nunca se hizo cargo de nada, que jamás movió un pelo por nosotros. No sé, se ve que estuve confundida.
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