Le digo a Nora, mipsicoloca, que desde que nos conocimos con Gus renegamos de nuetras familias de origen, de los lugares obligatorios, de las prohibiciones, de las reglas. Ella me dice que eso no concuerda con mi deseo actual de rol materno, paterno, pareja con asados y domingos familiares y tantos chichés por el estilo que hoy busco tanto. Yo digo que jamás dijimos que no quisiéramos ninguna familia sino que queríamos hacer la nuestra a nuestra manera. Y lo estamos logrando.
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