viernes, 5 de junio de 2015

Arrodillarse frente a la belleza

YO SOY UNA MUJER: LA POESÍA DE MARINA COLSANTI


Nota y versiones de Florencia Fragasso




Marina Colasanti escribió y publicó cuentos, crónicas, artículos periodísticos, crítica literaria, libros infantiles, cuentos de hadas. Y, en el año 1992, Rota de Colisao, un libro de poesía. También escribe un diario desde los 9 años.
La poesía es un lenguaje ajeno a toda forma; es el intento permanente por decir lo indecible o al menos por rodearlo y captar el tono de ese silencio, independientemente de la forma, literaria o no, bajo cuyas reglas está formulado.
En el caso de Rota de Colisao, nos encontramos con la poesía en forma de poema. De un conjunto de poemas de Marina Colasanti, poeta. Textos fuertemente eróticos, caracterizados por la simplicidad y el despojo del lenguaje, resaltando la eficacia de cada palabra en su significado y en su tono, así como en la exacta relación de esa palabra con las otras que la acompañan. De la misma manera los cuerpos del hombre y la mujer son perfectos en su autonomía (poemas De carne líquida o Flores para el almuerzo) como perfecta es la unión entre ambos (poemas Entre un juego y otro o Frutos y flores). La fascinación mutua, la seducción lenta, la premura en la degustación de lo deseado, lo lúdico del erotismo, parecen darse también en el nivel del lenguaje, a través de la delicadeza con que Marina elige las palabras, sutileza que se intenta recuperar en la traducción al castellano. El encuentro de los cuerpos, el encuentro de las palabras. El regodeo, el detenimiento en los detalles, finalmente la entrega. Así, al ritmo de esta precisión, es como Marina Colasanti, narradora (reivindicadora de un género milenario como los cuentos de hadas) se entrega a la poesía y se deja penetrar por ella.
En una de las lúcidas crónicas de su libro Eu sei, mas nao devia, Colasanti se interroga por la belleza. ¿Dónde buscarla? ¿Dónde está la belleza? -onde fica a belezu?- En portugués el verbo ficar significa estar, pero también subsistir, desistir, callar. Implica una forma de negación de ese estar, estar disimulando. Dice Colasanti: en un país como el nuestro (…) arrodillarse frente a la belleza parece un peligroso ejercicio de alienación. Entonces, esa belleza disimulada tiene que ser descubierta y no es un camino fácil ni seguro. En los ripios e imperfecciones del camino se va construyendo el poema, atravesando con sumo cuidado los obstáculos, intentando no caer nunca a sus pies abruptamente y perder el sutil sentido del descubrimiento.
La autora no llega a la poesía por casualidad: Rota de Colisao no se ubica en los márgenes de su consistente obra de ensayo y ficción. Es un acontecimiento dentro y fuera de su obra.
Marina Colasanti nació en 1937 en Asmara, Etiopía. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial se mudó a Italia, y en 1948 llegó a Brasil. Estudió grabado en metal en la Escuela de Bellas Artes y trabajó en una imprenta como redactora, ilustradora y columnista. Sus crónicas se publicaron en el Jornal do Brasil, y sus cuentos en diversos periódicos. Tradujo más de 15 libros, entre ellos: A Romana y Vidas Vazias de Alberto Moravia; y Gog, de Papini.
Entre sus títulos publicados se destacan Eu sozinha (1965), Nada na manga (1973), Zoilógico (1975), A morada do ser (1978), Contos de amor rasgados, intimidade pública.



Yo soy una mujer



Yo soy una mujer
a la que siempre le gustó
menstruar.
Los hombres vierten sangre
por dolencias
sangrientas
o puñales clavados,
encarnada urgencia
a ser estancada
encerrada
en la mañana oscura
de la arteria.
En nosotras
la sangre aflora
como fuente
en lo cóncavo del cuerpo,
ojo de agua escarlata,
encharcado satén
que se escurre
en hebras.
Nuestra sangre se da
en mano besada,
se entrega al tiempo
como al viento la lluvia.
La sangre masculina
tiñe las armas
y el mar,
empapa la tierra
de los campos de guerra,
salpica las banderas,
mancha la historia.
La nuestra, contenida
en blancos paños,
resbala sobre el coxis,
persigna el lecho,
manso sangrar sin grito
que anuncia
las redes de la hembra.
Yo soy una mujer
a la que siempre le gustó
menstruar.
Pues hay una sangre
que corre hacia la Muerte.
Y la nuestra
que se entrega a la Luna.



Eu sou uma muiher


Eu sou urna muiher / que sempre achou bonito / menstruar.
Os homens vertem sangue / por doença / sangria / ou por punhal cravado, / rubra urgência / a estancar / trancar / no oscuro emaranhado / das artérias.
Em nós / o sangue aflora / como fonte / no côncavo do corpo / olho-d’água escarlate / enchacado cetim / que escorre / em fio.
Nosso sangue se dá / de mâo beijada / se entrega ao tempo / como chuva ou vento.
O sangue masculino / tinge as armas e/o mar / empapa o châo / dos campos de batalha / respinga nas bandeiras / mancha a história.
O nosso vai colhido / em brancos panos / escorre sobre as coxas / benze o leito / manso sangrar sem grito / que anuncia / a ciranda da fêmea.
Eu sou urna muiher / que sempre achou bonito / menstruar. / Pois há um sangue / que corre para a Morte. / E o nosso / que se entrega para a Lua.



Flores para el almuerzo


Mañana de domingo
y él en bicicleta pedaleando
por la calle.
Descalzo, short blanco,
solamente una mano
en el manubrio -la derecha-.
La izquierda, firme,
empuña dos gallinas
por las patas.
Ramillete de flores raras,
invertidas,
se estremecen en los pétalos
del ala,
cortada la ciega emanación
de los brotes de pena,
penden las cabezas:
mustias crestas.
De los picos deshojados
cuelga la espina
de la lengua
y un hilo de sangre
savia roja
resbala en el asfalto.



Flores para o almoco


Domingo de manhá / e ele de bicicleta pedalando / na estrada. / Descalço, short branco / somente a mâo direita / no guidom. / A esquerda, firme, / empunha duas galinhas / pelos pés. / Buquê de estranhas flores / invertidas / que estremecem nas pétalas / das asas / cortada a cega brotaçâo / das penas / pendentes as cabeças / murchas cristas. / Dos bicos desfolhados / vaza o espinho / da língua / e um filete de sangue / rubra seiva / escorre sobre o asfalto.



Entre un juego y otro



Tenerte desnudo en la cama
qué deleite.
Y cómo la gente juega
girando y riendo
para después sentarse
sobre los lienzos manchados
el cuerpo aún sudado
continuando siempre
el mismo juego
hablar en serio
de literatura.
Te beso el cogote y quieta pienso:
otro amante así,
Señor,
qué trabajo tendrías
para sanarme
si me lo arrebataras.



Entre um jogo e outro


Ter vocé nu na cama / que deleite. / E como a gente brinca / e rola e ri / para depois / sentar / nos lençóis descompostos / o corpo ainda suado / e continuando sempre/ o mesmo jogo / falar a sério / de literatura.
Te beijo no cangote / e quieta pensó: / um outro amante assim / Senhor / que trabalho terias / pra me arrumar / se me tomasses este.



De carne líquida



Mis senos toman la forma
del momento que los contiene.
Si tomados por la boca,
se estira el pezón que arde.
Si apretados en la mano,
incorporan a su propia curva
la curva dulce de la palma.
Si sueltos al viento
en mi cuerpo que corre,
flamean
como agua en la cuenca.



De carne líquida


Meus seios tomam a forma / do momento que os contém. / Se colhidos pela boca / alon-gam ardidas pontas. / Se aprisionados na mâo / acrescem à própria curva / a curva doce da palma. / E quando soltos ao vento / no meu corpo em correria / ondejam / como a maré que a agua faz na bacia.




Frutos y flores



Mi amado me dice
que soy como manzana
cortada al medio.
Tengo las semillas,
es cierto.
Y las curvas simétricas.
Tuve cierto rubor
en la piel lisa
que no sé
si aún conservo.
Pero si en abril florece
el manzano,
yo manzana hecha
ya madura,
todavía me desbordo
en flores blancas
cada vez que su cuchillo
me traspasa.



Frutos e flores


Meu amado me diz / que sou como maçâ / cortada ao meio. / As sementes eu tenho / é bem verdade. / E a simetría das curvas. / Tive um certo rubor / na pele lisa / que nâo sei / se ainda tenho. / Mas se em abril floresce /a maceira / eu maçâ feita / e pra lá de madura / ainda me desdobro / em brancas flores / cada vez que sua faca / me traspassa.




Viernes por la noche


Viernes por la noche
los hombres acarician el clítoris de las esposas
con dedos mojados de saliva.
El mismo gesto con que todos los días
cuentan dinero papeles documentos
y hojean en revistas
la vida de sus ídolos.
Viernes por la noche
los hombres penetran a sus esposas
con tedio y pene.
El mismo tedio con que todos los días
enfilan su auto en el garage
el dedo en la nariz
y meten la mano en el bolsillo
para rascarse los huevos.
Viernes por la noche
los hombres roncan boca abajo
mientras las mujeres en lo oscuro
encaran su destino
y sueñan con el príncipe encantado.



Sexta-feira á noite


Sexta-feira à noite / os homens acariciam o ctitóris das esposas / com dedos molhados de saliva / O mesmo gesto com que todos os dias / contam dinheiro papéis documentos / e folheiam nas revistas / a vida dos seus ídolos.
Sexta-feira à noite / os homens penetram suas esposas / com tedio e penis. / O mesmo tedio com que todos os dias / enfiam o carro na garagem / o dedo no nariz / e metem a mâo no bolso / para coçar o saco.
Sexta-feira á noite / os homens ressonam de borco / enquanto as mulheres no escuro encaram seu destino / e sonham com o príncipe encantado.




Amor al mediodía


El sol
en la pija
a pique.
La sombra
de la vulva
es una teja inútil.



Amor ao meio-dia
O sol / no pau / a pique. / A sombra / da vulva / telha-vâ.



tOMADO DE http://hablardepoesia.com.ar/numero1/yo-soy-una-mujer-la-poesia-de-marina-colasanti/

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