Mi amiga, mi dulce poeta, abogada, compañera, me dice que mire en su muro los poemas de un tal Juan Gustavo Cobo Borda. Es increíble que las cosas te vengan por donde se les cante y sin aviso (pero como sabiendo que las esperabas). Mi corazón partío (sic) siempre agradece.
Yo no sé cómo, pero la poesía siempre nos busca y nos encuentra.
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